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1 – Caos, Pan’ Ku y la creación del mundo.

“Cuando se acercaba la muerte del primigenio, Pangu, él transformó su cuerpo.”

Una colección de mitos del origen y creación del universo, y a veces algunas reflexiones o comentarios al respecto.

Paisaje.
...mis intentos de pintura china.

Antes que nada, tengo que decir que por muchos años hube creído que el mito chino del origen del Universo narraba la creación del mundo a partir del famoso huevo cósmico que es más conocido en la mitología hinduista. Ahora que, con una dosis mayor de seriedad y de rigurosidad (aunque probablemente no la suficiente) me aboqué a la tarea de colectarlos, releerlos e investigarlos un poco, me encontré con la no grata sorpresa de haber estado equivocada. Pero el mito es aún más hermoso. Vamos a lo único que importa:

Diferentes versiones del mito chino de la creación cuentan que fue el dios Pangu (Pan’ Ku o Pan Gu ) quien creó cielo y tierra. La más mencionada es la versión de Xu Zheng (siglo III DC), quien fue un taoista y oficial durante el período de Los Tres Reinos en la China. En dos obras diferenes: Sanwu Liji (Tres de Cinco Registros Históricos), y el Wuyun Linian Ji (Una crónica de los Cinco Ciclos del Tiempo) narra el mito de Pangu en dos formas diferentes.

En su versión del Sānwŭ lìjì (Tres de Cinco Registros Históricos), Pangu crece en el caos, y se hace grande adentro de él, mientras el cielo y la tierra se van formando. Cuando todo llega a término, nace la tierra:

“El cielo y la tierra eran caóticos como un huevo, y Pangu nació en él. Tomó 18000 años la separación de cielo y tierra: lo Yang y lo puro se convirtieron en el cielo, lo Yin y lo impuro, se transformaron en la tierra. Pangu estaba en el medio de ambos, nueve veces al día se transformaba, se volvió más espiritual que el cielo, y más santo que la la tierra. El cielo crecía 1 zhang (3,5m) más alto cada día. La tierra se hacía 1 zhang más gruesa cada día. Pangu se hacía 1 zhang más grande cada día. Así transcurrieron 18000 años. El cielo alcanzó su altura máxima, la tierra alcanzó su profundidad máxima, Pangu llegó a su mayor tamaño, y entonces nacieron los Tres Reinos.”

El universo es caótico como un huevo porque su interior es oscuro, porque lo que hay allí aún no tiene forma o no se conoce, porque lo que hay adentro contiene la materia informe de algo completamente nuevo que saldrá de él, o simplemente porque es algo contenido que va a romperse, o todo eso junto. El caos es como un huevo también porque esta visión es un símil de la gestación humana fácil de comprender. Caos, en chino, se escribió “hùndùn”, palabra relacionada con lo turbio, lo confuso, que fluye y que contiene un germen. En el caos hay confusión y hay semilla. En este caos fructuoso crece un dios, y crecen también el cielo y la tierra. De apoco esa cosa indeterminada toma forma.

En su libro Wuyun Linian Ji (Una crónica de los Cinco Ciclos del Tiempo) al mito se agrega un interesante dato: la tierra nace cuando Pangu muere.

“Cuando se acercaba la muerte del primigenio, Pangu, él transformó su cuerpo. Su aliento se convirtió en el viento y las nubes. Su voz se convirtió en el trueno, su ojo izquierdo, en el Sol; su ojo derecho, en la Luna. Sus cuatro extremidades y las cinco partes de su cuerpo, se convirtieron en los cuatro extremos (norte, sur, este, oeste) y las cinco montañas sagradas, su sangre se volvió ríos; sus arterias, las arterias de la tierra; su carne se transformó en el suelo y su pelo en estrellas y constelaciones. Su piel se transformó en pasturas y árboles, sus dientes y huesos en minerales y piedras; su médula se convirtió en piedras preciosas y jades, su sudor y sus fluidos fueron lluvia y pantanos. Y los insectos en su cuerpo, cuando fueron tocados por el viento, se transformaron en la gente común.”

Varias otras versiones posteriores a Xu Zheng mantienen esta versión en la que al morir Pangu, su cuerpo se convierte en el mundo. Del primer texto, rescato esta visión semejante al Bing Bang que hay de las cosas: dentro del caos todo se va intensificando hasta que se llega al límite en el que cambia o muta en otra cosa. Y esa visión entrópica, tan propia del pensamiento chino: primero hay caos, luego forma contenida, luego tranformación y así comienza otro ciclo.
De la segunda versión se desprende que somos el fruto del sacrificio de un dios, y que todo tiene un ciclo, ya que también los dioses mueren. Me pareció un detalle muy poético que las personas seamos el resultado del aliento del dios (el viento) sobre sus insectos. Se puede interpretar a los insectos como seres inferiores, éfimeros y desagradables, o se los puede mirar con una óptica quizás un poco más budista y taoísta (recordar que Xu Zheng es de escuela taoista ), y decir que la vida de todos los seres vivos es importante. Desde otros organismos fuimos grandificados para surgir metamorfoseados desde el aliento de vida de un dios.

Todo se transforma, y así continúa el ciclo.

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